Buenos días, renacidos. He tardado mucho, lo sé. Pero esta vez no le puedo echar la culpa al tiempo, sino a la inspiración. Llevo semanas con ganas de escribirme y escribiros, pero no me salía nada con sentido. Y preferí dejar correr el tiempo, esperar que un día sentada, los dedos empezaran a teclear sin descanso. Hoy es ese día.
De momento, por mi vida, las cosas no han cambiado mucho. No estoy en la mejor etapa, pues me siento quizás aburrida o cansada de lo de siempre, de las decepciones y de los hachazos. Tengo una vida muy feliz y plena, pero de vez en cuando, como cualquier ser humano, ves el vaso más vacío de la cuenta. Cosas que pasan...
Me gustaría también añadir que en mi cuenta de youtube, estoy colgando canciones que se pueden relacionar a las etiquetas de cada entrada. Véase pues: drama, amor, etc, etc. Así que si en algún momento estáis interesados en oír alguna canción con la entrada, entráis en Youtube, buscáis Gisela López y podéis oír canciones relacionadas con las etiquetas de las entradas.
Y, bueno, de momento poco más que añadir. Intentaré próximamente, si estoy inspirada, pasarme por aquí y compartir mi mundo. Mil gracias por seguir creciendo pese a mi ausencia. Estamos cerca de llegar a las 6000 visitas. Todo un logro que pienso celebrar con alguna sorpresita!
Y, ya poco más, espero que os guste, renacidos.
¡Feliz sábado!
PD: la foto es mía!!
Te escribo desde la cama deshecha, llena de rimel seco en la punta de cada almohada que lleva tu olor empapado de mis lágrimas. No sé que me has hecho... Pero ya no soy capaz de hacerme de otra manera. Intento deshilachar lo que éramos para encontrar la persona que era antes de conocerte. Resquicios de un amor corto e imposible. Pero me quedan demasiadas madejas de lo que prometimos, de lo que íbamos a ser siempre. Y no me deja avanzar, ser capaz de reconstruirme sin empezar por el tejado, sin lanzar los ladrillos a las ventanas desde las que te miraba y me veía a mí por dentro. Y todo me pesa, aunque me sienta ligera cuando me arrodillo en la cama, buscando a gatas una razón para levantarme y salir afuera.
Y no a buscarte.
Porque inevitablemente me busco a mí misma reflejada en tus ojos.
Y no pedirte que me beses, porque tus besos ya perdieron el interés de mecer mis antojos.
No sé qué me has hecho, pero quiero que dejes de hacerlo. Porque yo no puedo hacerte en mí, cada día que pasa. Ni deshacerte como pensaba hacerlo en el momento en que te fuiste de casa, sin portazos, sin arrepentimientos, con la mirada alta y el corazón abierto.
Y sé que me cerré por completo a las cuatro esquinitas que rigen las normas de mi cama. Pero ya esto, se me queda pequeño. Me hace hacerte en cada pensamiento y deshacerme cada vez que te pienso.
Porque desde hace varios meses, hacerte me deshace por dentro. Me hace olvidarme de que yo en otro tiempo, era importante, necesaria, suficiente. Cada vez soy menos yo, y más nosotros. Nunca llegué a ser tú y de eso, al menos, me alegro. Porque no hubiera soportado ser el reflejo en tu espejo. Y en cierto modo, nunca he dejado de serlo; pues te hago más veces a ti, que a mis propias manos, que a mis propios miedos.
Tú, sin embargo, hiciste y deshiciste a tu modo, a tu agrado. Entraste por la puerta, te tumbaste en la cama, clavaste la bandera pero luego la estaca y te perdiste en las sábanas como si fueran de arena, y saliste por la puerta que hace mucho no se cerraba. Dejábamos correr el aire, que la gente supiese lo que significaba amarse bajo las normas de un cama de cerezas con olor a principio, a cosquillas y a pérdidas de calcetines. Rompíamos las fronteras entre el tú, el yo o el nosotros. Y hacíamos la cama para deshacerla, como ritual indispensable para luego firmar la tregua cuando salíamos de la guerra.
Y ahora...Deshecha.
La cama y yo.
Yo y la cama.
Echándote de menos ambas, y queriendo que nos hagas por partes, para deshacernos juntos y volver a formar un nosotros que ahora pesa demasiado en la boca. Ya nadie lo pronuncia, ya nadie lo provoca. Ni siquiera las historias de amor con finales felices.
No sé qué me has hecho, pero no me deshagas más por dentro. Deja de hacerme en cada recuerdo, deja de deshacerme a cada segundo. No prometo que deje de hacerte cuando te sueño, pero al menos despierta, quiero hacerme de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario