sábado, 21 de octubre de 2017

Después del amor III

Buenas noches, renacidos. Llevo semanas con diferentes entradas a medio hacer, pero no me han terminado de convencer - viva mi pareado - y por eso he estado esperando hasta este momento. Hoy es el día en que por fin vuelvo a publicar. Siento ir tan a cuenta gotas, imagino que las cosas han cambiado un poco. Me duelen los ojos solo de ver la palabra cambio, pero bueno. Es así. Espero, no obstante, que en estos días me hayáis echado de menos - yo a vosotros mucho -, que todo vaya genial dentro de lo posible y que sigáis con ganas de renacer entre palabras un poquito más.
Añadiré a esta entrada una canción preciosa de Pablo Alborán que he descubierto hoy mismo. Desde que lo he hecho no paro de reproducirla, me fascina. Dice un poco de mí en este día... Y, también adjunto una bonita ilustración de Sara Herranz, la mujer que da vida a mis letras. 

Y bueno, aquí os doy una pequeña dosis de mi blog, espero que os guste, renacidos. 

¡Feliz sábado, y mucho cuidado en la carretera y en lo que no es la carretera!

https://www.youtube.com/watch?v=v-vFT8W_olM



Cuentan que te cansaste de cuentos. Que ya no te dejan dormir aquel "y pudieron vivir juntos y felices" hasta que las perdices fueron extinguidas por personas que solo piensan en sí mismas. 
Como todas. Como nadie. 

Cuentan que eres diferente, ya no tan cobarde, que paseas tu dedo por el vientre a ver si siembras vida. Que ya no crees en el amor verdadero, en el cielo y en todas esas fantasías. Que te volviste valiente después de mi partida. Que ya no rezas a mis llaves esperando que regrese, que sabes y dices que ya es tarde. Y es que al final todo se olvida. Y me olvidaste, tachando recuerdos y promesas, grabándote en el pecho el "me engañaste" que tanto daño nos hizo. Y créeme, yo cuento que me sigue haciendo. Y lo que te hice...

Cuentan que ya no necesitas verme en el espejo para saber que eres bella. Que te basta tu reflejo. Que te cansaste de complejos que no ayudan a nadie, ni mucho menos a ti. Yo cuento que me alegro de ello, que no te hace falta un hombre para verlo, que tu sola tienes dos ojos y un espejo.

Últimamente, cuento menos que te quiero, porque ¿para qué serviría? Antes llegaba hasta cien o hasta el pescadero. Y ambos siempre me decían que hacía el imbécil, que te olvidase, que buscara otro pez, como si el mar fuera tan pequeño...

También me cuentan que sigues escuchando a Melendi cada mañana, como antes hacías.  Que te haces la cama de forma extraña, dejando arrugas, las mismas que tienes en el alma. Que cada pliegue de tu falda es un "te echo de menos, pero no vuelvas, que yo ya sé plancharla 
a ambas." 

Yo les cuento tonterías y bobadas. Hace meses que no duermo, pero presumo de estar mejor que nunca. No me gusta salir y sentir cruda mi mano si no sostiene la tuya, pero a todos le digo que mi vida social es una locura. Les cuento cuentos y todos se lo creen, cuando en realidad son los padres...

Y es que en verdad, hace meses que no cuento. No cuento los besos que te debo, las ganas que tengo de abrazarte o lo pequeño que se hace el mundo sino te tengo delante. Pero sigo caminando, sin continuar después del uno, porque así me siento como en realidad estoy, solo, en silencio.

Y yo que contaba con estar contigo toda mi vida... Tendré que empezar a contar de cero.