lunes, 23 de julio de 2018

Dejándote y dejándome en todas partes

Buenas tardes, renacidos. Hace calor y todos lo sabemos, sin embargo ayer en mi ciudad granizó con un sol increíble. Casi ni me lo creo. Estas pequeñas tormentas de verano me parecen tan increíbles como los regalos, siempre te sorprenden si no se ven venir, claro. Pensando bien en los regalos, siempre hay uno o dos que se quedan marcados de por vida en tu cerebro. Unos pocos que se mantienen como pequeños tesoros en tu mente, ya no por su valor físico o material, sino por los recuerdos que conllevan: aquel que te lo regaló, aquel momento en que te lo dieron, etc. 

En fin, en este día tan caluroso os traigo una entrada que habla sobre el amor, para variar. Llevaba unos días mejorándolo para conseguir el mejor resultado de él y el mejor regalo posible para este día caluroso de julio.

Junto a ella os adjunto una canción que me parece divina, interpretada por Alfred García: que nos sigan las luces. 

Espero que estéis pasando unas felices vacaciones o como mínimo un buen verano, renacidos. Seguimos en contacto.

¡Feliz lunes!

PD: la imagen fue tomada en Andorra, por si alguien está interesado en ver con sus ojos este precioso lugar.

https://www.youtube.com/watch?v=iXsQU9mvKSo



Nunca me dejaste o al menos no cómo yo esperaba. Dejaste un rastro de ti y de mí juntos, que no se puede sacudir de los huesos, que hiela incluso en Sevilla, que nos mantiene presos en una espiral de: y si me dejaras, yo qué haría.

Pero no me dejaste, te dejaste en todos los pliegues de mi cuerpo. En los huecos ocultos de mis brazos donde nos escondíamos del sol de verano, en donde aparecían nuevos puentes que cruzar de la mano. Y nos descruzamos, de todo aquello que decía la gente. De que la distancia hiere, olvida, y no siente piedad de los dos locos suicidas que se tiran de cabeza a los brazos del otro. 

No me acunaste como debías y aún así aquí sigues. Abrazado al pecho que aún grita tu nombre, que aún nos recuerda como el hombre y la mujer que apostaron hasta que todo estaba perdido, y aún así encontraban la salida. Como aquellos dos tontos que no sabían que la distancia no hace el olvido, sino la costumbre. Y no es que me acostumbrase demasiado a ti y eso me hiciera perderte. Es que normalicé noches soñándote a mi lado, con el aliento en la nuca de aquel que grita que te quiere y luego se acurruca como si no hubiese ocurrido nada. Lo normalicé tanto, que perdió la gracia cuando pasó. Y se pasó de estación mientras yo continuaba durmiendo a su lado y pensando cómo me gustaría que todo lo que había soñado pasara y se quedará a mi lado. 

Te fuiste sin dejarte todo lo que había antes de ti. Enmarañando toda mi vida como si fuéramos un lienzo que se descose y pierde hilos de su uniforme. 

Te fuiste y no me dejaste, sino que te dejaste a ti por el camino. Olvidándote las canciones que dicen tu nombre y que todavía resuenan en mis labios. Dejándote en el medio del salón años de risas y llantos, como si todo fuera un culebrón que se muerde la cola. 

Te dejaste las promesas que me debías, los regalos que me entregaste, los momentos de mi vida que ahora te exige este cuerpo enclenque. Este cuerpo dónde firmaste demasiadas treguas, dónde todavía se lee tu nombre. 

Te has dejado en cada rincón de mi vida, presumiendo de que te marchaste. Y yo, como una tonta, juro que todavía sigues en casa, que esperas a que llegue con la tele apagada y las ganas encendidas. Le digo a todos que es mentira, que no te marchaste del todo, sino una pequeña parte de lo que eras y eso no es irse. Es quedarse con tanto que pica, con tan poco que rasca. 

Así que solo dime una cosa, si me has dejado, por qué no te largas de una vez de mi lado...

lunes, 2 de julio de 2018

Encantados por y de conocernos

Buenas tardes, renacidos, hoy he vuelto!!! Y con las pilas muy cargadas. Sé que he tardado mucho no, muchísimo en aparecer por aquí, pero el último año de universidad me ha quitado mucho tiempo. Y ahora, por fin, es mío. Una maestra de primaria más en las calles! Estoy muy feliz, renacidos. Porque he conseguido una meta más y porque no pararé hasta conseguir otro de mis sueños, que aún sigue luchando y que depende de todos vosotros. Aunque parezca absurdo, el aumento de seguidores me da alas para conseguir llegar a mi objetivo, a que se tome en serio todo lo que aquí se escribe, a que se tome en serio lo mío y lo vuestro, y las palabras. Ya sabéis que llevo tiempo persiguiendo la publicación de mi libro, y no me rendiré hasta que Anna pueda existir. Sé que cuento con vosotros siempre, muchas gracias.

Mi entrada, pues, tras tres meses de inexistencia trata de amor. Deseo con toda mi alma que os guste, renacidos. Y que volvamos a hacer cositas que os hagan soñar con las palabras y la fuerza que estas tienen en todo. 

Junto con esta, os presento una imagen tomada en la Seu d'Urgell, un lugar encantador que sin duda recomiendo visitar.

¡Espero tener noticias vuestras, pronto, renacidos! ¡¡Feliz lunes!!



Me encanta ponerme en tu piel y que sea la mía, que nunca se haya dejado un río entre medio de nuestras rocas y sin embargo tantos campos encharcados de saliva entre las bocas. Hacer cascadas que recuerden a carcajadas perdidas en cuevas de ecos mojados. Que seas tan tuyo que consigas hacerte mío por minutos. El hilo que te queda de voz después de haber fracasado. 

Me encantas porque no eres tan diferente al resto y sin embargo, ninguno se parece a ti. Nadie tiene ese olor dulce que tiene tu piel y se llama hogar, ni esas manos largas de pianista que tanto te gusta recordar. Como los demás, odias lo injusto, pero lo justo no es lo mismo que todos piensan. Creas un mundo con cada nueva idea y te frena el hecho de que algunos no vean lo que tú ves o prefieran dejar para más tarde aquello que tu peleas con cada baile y vaivén del día. Eres la armonía perfecta de los polos. Congelas a tu modo a la vez que ardes, confundiendo frío con calor, silencio con gritos y locura con amor. 

Eres tan tuyo que a veces picas en el costado. Me sale sarpullido de solo pensar que podemos ser algo que no sea un nosotros. Que podamos arrebatarnos la identidad solo rozándonos y dejando que la chispa haga el resto, queme el yo y el tuyo, y nos vuelva vuestro con un simple chasquido. 

Juro que resuenan en cada una de las paredes de mi cuerpo tus miles de te quiero perdidos en el tiempo. Todas y cada una de las veces que lo conjuraste como si resultara fácil hacerlo. Yo aún pruebo de encontrar la palabra idónea que etiquete lo que siento y cómo me sientas. Cómo consigues hacerme cambiar el día con una simple sonrisa que parece el mecanismo más complejo.

Me encanto a tu lado. Me veo más posible cuando te veo sonreírme a cualquier tontería que yo digo o hago. Me encanto porque me descubro cuando estoy cerca tuyo, no porque mi mundo empiece contigo, sino porque a tu lado me parece más bonito, [no más humano, como dirían expertos].

No te necesito para vivir, no moriría por verte cada día, no soy yo gracias a ti, ni existo porque tú lo haces. Esas son estupideces que creen otros, no nosotros. Y digo nosotros porque nos hemos confeccionado un vestido en el que los dos cabemos, al que recurrimos para hacer las paces y que siempre acaba en abrazo u horizontal. Somos un desastre como protagonistas de una historia de amor, pero nos queremos. Y me encanto más de esta manera, haciendo de esta historia inventada por nosotros, una historia verdadera.