lunes, 31 de diciembre de 2018

Perder pero solo el miedo

Buenas tardes, renacidos. Hace unos días, hice mi última entrada teniendo como propósito de año nuevo escribir mucho más que este 2018. Pues bien, uno de los pocos refranes que me gustan me recordaron que no hay que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, (y más todavía, si pasado mañana será otro año y ayer será el año pasado). Así que, aquí os traigo, ahora sí, mi última entrada del año. 

Estoy muy orgullosa del año que he vivido. Sí, orgullosa, porque ha sido increíblemente especial. No más que los anteriores, pero también tiene un lugar especial en los 22 años que llevo aquí. He conseguido varios de mis objetivos, he alcanzado sueños que creía de más pequeña, he abierto los ojos ante muchas de las acciones que llevaba a cabo cada día y que resultaban poco éticas a mi forma de ver... En definitiva he cambiado, y espero que para bien. Dejo este año con toda la energía del mundo. Sonriendo para que el año que viene se mantenga equilibrado en cosas buenas y malas, esperando que siga viendo las mismas caras que hoy vienen a mi mente durante este y todos los años que vienen.

Feliz año nuevo a todos, renacidos. Espero que 2019 solo os traiga ganas de seguir. Un beso enorme y nos vemos el año que viene.

¡Feliz último día del año!


Perdí las intenciones de encontrarme en otro cuerpo, cuando mirándote en el espejo vi que eras más tú que nadie, y nunca querría cambiar ese reflejo. No es que no me gustase agarrarte la mano y perder la mía, es que valoré que separadas también se querían y eran bonitas. 

Somos dos almas que se entienden, se emborronan y se mezclan. Pero no se olvidan. No se olvidan de que pueden separarse si quisieran, aunque no quieren. No se olvidan de que se eligieron pero no para siempre, sino siempre que quieran.  No se olvidan que querer es otra forma de conjugarse a sí mismo pero de la mano de otra persona. Y de que si algún día, todo esto no funciona, habrá valido la pena y no se habrán perdido.

Perdí lo aprendido en el colegio. Eso de que cada calcetín tiene su pareja y de que hay que evitar resfriarse en lavadoras porque sino seríamos medias naranjas. Y la vida no es así como funciona. Nada de exprimirse en brazos de otro, nada de aceptar medias cintas, ni de que todos somos infieles por naturaleza. Ni tú me debes nada, ni yo mucho menos. Nos debemos a nosotros, a lo que sintamos en ese momento. Y por eso nos queremos tanto, porque nos entendemos.

Y entendimos pronto de que va este juego. Uno en el que hay diferentes fichas que van apareciendo en el tablero, y no se comen entre ellas por avanzar 20 casillas. Sino que avanzan en paralelo aunque a veces se tuerzan, porque entienden que las líneas rectas existen para curvarse. Y la más bonita es la que se pierde en el arcén de tu sonrisa.

Me perdí para encontrarme a mi primera. Porque nunca debí olvidarme en la carretera, abandonada esperando a alguien que me recogiera o aceptase pareja como animal de compañía. Me perdí pensando que me encontraba en cualquiera. En cualquiera que me besase y me dijera que era suya. En cualquiera que me dijera "te querré toda la vida. Tú eres la primera." Y ahora sí lo soy.

Perdí la valentía de arriesgar todo lo que sueño por lo que quiero a una persona. Y él me hizo perder todos los temores a elegir, a perder, a equivocarme. Porque lo hacemos juntos, pero no como uno, sino como dos. 

Gracias a ti, sé que pase lo que pase me tendré a mí, y eso no lo pierdo por nada en este mundo.

Así que, si tenemos que perder algo que sea el miedo a perdernos. 


¡Y a vivir lo que nos depara otro año!

1 comentario:

  1. Yo también quiero que estés en este 2019, que nos veamod mucho más,vivir millones de aventuras juntas(aunque el año solo tenga 365 días) ver como se cumplen nuestros sueños y sobretodo verte feliz, ser tu misma y encontrar belleza en todo😍
    TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOO mi petarda 😘😘😘😘😘😘

    ResponderEliminar