domingo, 11 de septiembre de 2016

Frases del mundo injusto en el que vivimos I

Buenas tardes, renacidos. Es curioso cómo de rápido pasa el tiempo. Pasa volando y nunca despega a tiempo, y nunca sabes alcanzarlo. Escuchas un motor que arranca, un soplo de aire, una última bocanada y... ¡zas! Ha vuelto a pasar otro tren a mil por hora, sin descarrilar nada más que fotos y un poco de pólvora, por si las moscas. Sin esperar que te detengas en el andén o sin imaginar que tú querías que él lo hiciera. El tiempo es tan relativo, tan impresionante. A veces no me explico como dos años pueden ser lo mismo, porque está claro que no lo son. No es lo mismo vivir dos años pasados que dos años presentes. Sé que es raro de entender, pero creedme, es más raro de explicar. Ah..., el tiempo. Ojalá alguien lo entendiera, ojalá alguien pudiese verlo. Pero ni se ve, ni se huele, ni se toca. Solamente se ve su sombra y su reflejo. Me gustaría escucharlo a lo lejos, para verle venir y parar a tiempo. Pero eso nunca ocurre. Así es el tiempo.

Y después de esta reflexión tan esporádica, os presento mi entrada titulada: frases del mundo injusto en el que vivimos. Espero que os guste, os haga reflexionar y os anime a cambiar si es necesario. A diario decimos miles de frases interiorizadas que son injustas y crueles, esta entrada es solo una pequeña crítica a ello. Y, bueno, me gustaría también agradecer las 3.038 visitas que tiene este pequeño y discreto blog. No sabéis la felicidad que me hace ver crecer el marcador más y más. Os lo agradezco enormemente, enserio. 

Junto con esta entrada adjunto la composición del fabuloso Yiruma, River flows in you.

¡Feliz domingo y feliz semana!

https://www.youtube.com/watch?v=XsTjI75uEUQ






Hablamos de un mundo justo, lleno de personas justas sin justicia, que hablan lo justo para destruir el mundo, justo cuando menos lo necesita. Y lo destruye. Con palabras que dinamitan, soltando bombas que explotan casi tanto como lo hizo Nagasaki e Hiroshima. Y lo desmoronan, lanzando frases como pólvora, criando niños que sueltan las sobras de sus neuronas. 


"Has engordado un poquito, ¿o es cosa mía?"

¿De qué alardeas? ¿Acaso es mejor morirte de hambre en la azotea, vomitando los complejos de un mundo que te exige un cuerpo que él desea? Porque tú no lo haces. Te obligan a que pienses que es mejor pasarte las horas de entre clase y clase leyendo una revista, que yendo a una nutricionista. Quieren que te imagines más obesa de lo que eres, porque es eso lo que les interesa. Desde hace tiempo no sabes mirarte en el espejo, porque te ves diferente. Y tus amigas o amigos te dicen que tienes que hacer frente a tu peso. ¿Y qué sabrán ellos? Solamente son comentarios hirientes que tú terminas analizando en el baño, apretándote el vientre. ¿Y de qué sirve?


"¿Pobre animalito? Pues que no se hubiera puesto delante."

¿Y quién te puso a ti detrás? Hay cosas de este mundo que mucha gente comprenderá mientras yo siga buscando la verdad. Atropellas a animales por haber llegado tarde de los bares o por creerte Fernando Alonso corriendo por los valles. Yo tengo un patio, un coche y una calle donde moverme, pero ellos ¿por dónde se desplazan? Ellos no quieren una terraza donde ser libres, sino compartir la tierra que les ha dado cobijo, poder criar a sus hijos en los prados, en los montes, en los lagos. Trepar arboles que no sean talados, cruzar carreteras sin que hayan disparos, nadar a contracorriente sin chocar con una fuente de metal que les impida navegar por donde quieran. Ellos no ponen límite a sus metas, corren, reptan o hacen lo que puedan para desplazarse. ¿Quién eres tú para impedirles que vivan, quién eres tú para impedirles que pasen? Ellos merecen tanto como tú, la tierra que pisas. Sin ellos no vivirías. Así que la próxima vez que te encuentres en su camino, se amable y comprensivo; porque uno nunca sabe que te puede deparar el destino. 

"Ella se lo buscaba por ir así vestida."

¿De veras? ¿Acaso me insinúas que por llevar la camisa abierta estoy pidiéndote algo indecente? ¿Quién me prohíbe cómo debo caminar, vestir o hablar a la gente?  Yo no busco nada que no pida con palabras. Puedo ir con falda donde me plazca, y no por eso tienes el derecho de cruzarte en mi camino. Yo no me cruzo por el tuyo cuando vas bebido. Quizás la culpa la tenga aquel que piensa que maneja a las personas o que estas están dispuestas a quitarse la ropa solamente porque lo pidas. No pidas cosas que tu conducta no exija. Si yo quiero desabrocharme la camisa, lo haré y no por eso seré menos mujer. Pero si no quiero ni que me toques, no tienes derecho a tocar mis botones. 

"A mí me da igual lo que hagan, pero si los veo besarse delante mío, me da asco. Es antinatural."

¿Antinatural? ¿Prefieres que bese a otra de forma artificial, engañándose a sí mismo? Yo agradezco que se quiten los complejos y sean capaces de mirarse al espejo diciendo: Yo puedo. Nadie más que yo me puede prohibir no hacerlo. Y lo prefiero. Siempre preferiré ver el amor en los besos, que un amor en los huesos o a escondidas. La vida es para liberarse, no para utilizar parches o etiquetas. Bésalo o bésala sin el miedo a qué te dirán. Todos buscamos el amor y yo quiero que este sea de verdad. No te cohíbas porque te miren de otra forma, es la envidia de aquellos que no arriesgan y por eso no perdonan. Cualquier persona que conozca el amor os entenderá. No verá géneros, sexos o ilegalidad en vuestros besos. Entenderá vuestras miradas, vuestros juegos. Y si no lo hacen, es cosa de ellos. A mí me enamora veros besaros, porque entonces estáis haciendo justo lo que vuestro corazón os ha ordenado. 

"En el amor hay que sufrir."

Pues entonces me niego a amar. Me gusta disfrutar de la felicidad tranquila de mirar al mar, con un amigo, sin tener miedo de que me pueda pegar o decirle yo algo para herirlo. El amor es una tirita que no quema, que no pega, que no duele. Te cose las heridas pero sin alambres ni pesticidas. No te daña, porque sino no te ama. No se burla de cómo caminas ni de cómo hablas. No busca paréntesis para encerrar tus ideas; las entiende, opina y siempre anima. No te encierra en cuatro paredes con la excusa de que ya no puedes beber o vestirte como quieres. No te corta, no te sangra, no te pega, no te mata. El amor no es una araña ni una trampa. El amor quiere y desea, ayuda y aconseja. En el amor se pelea, pero no se sufre. No existen armas dañinas ni chalecos a prueba de balas. Por eso, no escuches frases que te digan lo contrario, en el amor todo lo vale menos cuando te está dañando. 

"No es que sea racista, pero prefiero que trabajen antes los de aquí que los que vienen de fuera, la verdad."

¿Bromeas? ¿Acaso eres mejor por tener otra bandera? Yo apuesto por un mundo sin fronteras, con colores y nuevas lenguas, con platos que te enseñan el poder de la variedad. Me gusta pasear por las calles y escuchar nuevos acentos, saber que no todos somos hermanos pero que venimos del mismo sitio. Entender cada costumbre, religión; y entenderlo de corazón, no a voces. Quiero un mundo con y sin colores, con pieles que no nos juzguen, con ojos que nos engatusen. Me gusta conocer nuevas palabras, que tejan cumplidos de otras naciones. No tenemos porque hacer daño o dañar a aquellos que solamente buscan un plato y trabajo. Todos tenemos necesidades parecidas pero hay quienes no conocen siquiera que es una cocina. ¿Qué te cuesta trabajar con alguien de otra ciudad? Puede cambiar algo su mentalidad, pero como en todas las personas. Nadie es igual que nadie. Y ahí radica el encanto. No todos somos blancos, ni todos norteamericanos. No todos estamos pasando el mismo verano. Hay quienes venden pañuelos por las carreteras y otros que se alimentan de cosechas de dinero. Y todos nos mudamos, algún día. ¿Cómo te sentirías si no te dejarán alquilar una vivienda o conseguir un trabajo? Creo que si piensas en eso, quizás comprendas un poco como se sentiría cualquier ser humano.


"Ellos no sufren."


¿Se supone que esto lo reconocen aquellos que no están en sus pieles? ¿Cómo tenéis el poco juicio de decir que un animal cuando sangra no siente como se queman sus entrañas? Es absurdo y de estúpidos creer, que la agonía de un animal existe para nuestro propio placer, para que la humanidad pueda crecer. Porque agonizan. ¿Qué es sino esa mirada cristalina, esos gritos que agudizan, esos imploros de su piel divina, esos llantos de miedo tras la cacería? Tienen miedo de perecer y huyen, atándose con cuerdas de alambre al barrote que los enjaule. Se supone que no sufren, pero su sangre se derrama. Cae como una cascada por su piel morada, ensangrentada. Sienten cada punzada, cada espasmo, cada apuñalada. Sus gritos se clavan en el alma cuando les envisten, cuando un ser vestido galante, de forma espeluznante, le ataca. Se retuercen, sintiendo la sal en sus llagas, la maldad cerrada en una palma con su instrumento. Podéis decir lo que queráis, pero nadie calla el tormento de un animal cuando el dolor tiñe toda su realidad. 


Frases. Frases como aves que vuelan a tu cabeza, anidando tu razón, manipulando tus sentidos. Frases. Frases que tú haces sin mala intención, que disparan al corazón cuando apuntas con el láser. Frases. Frases inventadas a punta de espada, clavadas en un colectivo que las cosecha y regala; dando lecciones equivocadas. Frases. Frases comunes, frases realzadas. Frases que disfrazas con palabras trucadas. Frases que hieren, frases como lanzas. Frases. Frases que pasas por fases hasta que el corazón te cambia las vocales. Frases que te ofenden hasta que dejan de importarte. Frases. Frases de veneno que repartes, con las que debemos acabar antes de que sea demasiado tarde.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario