miércoles, 14 de diciembre de 2016

Ya no sé vivir

Buenos días, renacidos. Me gustaría decir que va a ser un buen día y quiero pensar que lo va a ser, ¿de acuerdo? Así que lo diré: VA A SER UN BUEN DÍA. Si lo repito tanto es para que se cumpla porque realmente, necesito que este miércoles 14 de diciembre, me ayude. Sí, renacidos, necesito una ayuda extra. Hoy tengo uno de esos exámenes que te pueden desmoralizar por completo o levantarte el ánimo. Espero que sea lo segundo, pues creo que ya llevo muchos palos este semestre y no me lo merezco, jo. Llevo días como un zombie en casa, viviendo en mi habitación, comiendo deprisa y metida en un temario que se tiene que repetir y repetir para memorizar y escupir en una pregunta que - seguramente - no será sencilla. Odio esta educación, lo prometo. Cuando iba a Primaria estudiar era hasta divertido: trabajar la memoria y el ingenio para decir las tablas de multiplicar y para reproducir las partes del cuerpo en un dibujo. En secundaria estudiar pasaba a ser más una obligación, aunque aceptada. No creía que hubiese otro mecanismo de aprender que memorizar y repetir todo lo memorizado en una hoja, pero me di cuenta de que me he equivocaba cuando llegué a la Universidad. En esta nos hacen memorizar que no podemos llevar a cabo una enseñanza basada en la memorización - lo cual es muy irónico -. Osea que en la Universidad me hacen aprender  ideas que se basan en no hacer memorizar y escupir contenidos a nuestros alumnos y por lo tanto, aprender de manera significativa, pero sus exámenes se basan en memorizar y escupir contenidos. En fin, lo bueno es que me hicieron abrir los ojos sobre que hay otra manera de aprender que memorizando (porque así, en verdad, no se aprende). 
Os he dado mucho la chapa, diría. Pero bueno, me encanta quejarme y al ser mi blog, os toca escucharme - o no, si me ignoráis claro está...-.

Mi siguiente entrada, olvidando el hecho de que tenga examen HOY, va sobre la tristeza de un ruptura de amor. Habla sobre el dolor que siente una persona cuando se siente culpable de una ruptura - aunque cabe decir que siempre es culpa de dos, no de una. Bueno, siempre no. Siempre no, jajaja. Pero la mayoría-.

Con esta entrada adjunto un precioso cuadro de Dorina Costras. Y, la canción "debería" de Pablo López - que posiblemente ya haya puesto en otra ocasión, pero es que me encanta, renacidos.-

¡Feliz miércoles, renacidos!

Pd: deseadme suerte.  
Pd2: Wow! 3997 visitas!!! ¿Cómo venís tanto por aquí, guapos? Os adoro jajaja.

https://www.youtube.com/watch?v=rq5bEH9eyts



Desabroché dos botones que mantenían mi sonrisa erguida y ahora se cae sin remedio. Parece un muñeco medio olvidado, atrapado en cuerdas que no le dejan moverse, que no le dejan pensar. No sabe actuar mi sonrisa sin los botones que la dejaban erguida, ahora solo se mantiene vertida en el charco de las desgracias, de las lágrimas que se van de mis ojos para no presenciar el daño
                                                                               colateral.
Ya no suenan las carcajadas como cataratas cuando me acariciabas la espalda. Apenas hay sonido alguno que provenga de mis labios. Quizás algún susurro, pero es ensordecedor, temprano. Las alarmas se han disparado demasiado pronto, con poco tiempo de descanso. Y las ojeras barren mi patio.

Pocas son las miradas que anidan en mis ojos. Estos se han vuelto rojos demasiado pronto. Pestañean con el simple tacto del aire.
Ya              no               sé              vivir. Disparan mis manos, acunando los sonidos grafofónicos. 
¡Qué desliz!

Se desliza mi cuerpo por el desagüe de la vida a una velocidad que impide ser vista. Apenas soy un rastro de la estrella fugaz que inyectaba morfina,
                              en pequeñas dosis. 
Y sé que mi cuerpo empezará a corromperse cuando vea que está a punto de romperse, de rasgar en pequeñas tiras mi piel desnuda, mi piel de gallina, en finas tiras.

Grito dejando mis pulmones en el umbral que 
YA NO TE NECESITO. 
Pero miento y me atraganto con las vocales, haciendo nudos en los laterales de mi garganta, notando la lentitud de mis palabras. Y te marchas sin dejar caer una lágrima, con el orgullo en la barbilla levantada, con la cabeza bien alta, tocando el cielo. Y yo agachando la mía mientras me caigo al suelo. Mientras caigo en la cuenta de que                 Ya               no                sé                   vivir. Apuntando con las palabras a mi frente, temiendo el disparo inminente de mi conciencia que sigue latente en algún rincón de mi mente.  ¿Dónde estás cuando te necesito? ¿Cuándo disparos de irracionalidad, de orgullo y prejuicio tachan mis verdades? 

Y me mancho las manos con sangre invisible, de mi suicidio o homicidio involuntario. Dejando caer el arma del crimen. Dejando caer las palabras VETE, NO TE QUIERO, VETE. Que tanto daño hacen, que tantos agujeros teje en la piel de un hombre o de una mujer, sin géneros, colores o mentalidades. 

Me hubiera gustado más asfixiar los buenos recuerdos que martillear y clavar en mi alma las palabras que fueron armas en nuestras pieles. Y es que fuimos fieles amantes de lo imposible y ahora mi fidelidad no me deja encontrar lo posiblemente 
                                                                                           capaz.
 Y me desarmo con frialdad en el portal de tu casa, con apenas trece quilos de gramos de  LO SIENTOS Y VOLVAMOS A INTENTARLO. Que apenas grito, y apenas callo. Molesto a los vecinos y me echan con macetas embriagadas en vino. 

Llegaste tarde, cariño. El chico al que buscas ha llegado al olvido. 

Pero no es cierto, aún clavo su recuerdo en mi ombligo y me desangra por dentro mientras corro en contra del viento el cual me recuerda uno a uno todos mis tormentos: 
VETE, NO TE QUIERO, VETE. 
VETE, NO TE NECESITO, PIÉRDETE.
 MEZCLATE CON ROCÍO Y BAÑATE EN DESGRACIAS. 
VETE, NO TE QUIERO, VETE. VETE.

Y es que entonces, te das cuenta de que hay armas que no disparan balas sino palabras, que hay futuros que recuerdan continuamente los pasados y que después de todo, cuando se va una parte de ti, los pulmones dejan de respirar, el corazón deja de latir y una 
Ya                  no                 sabe                    vivir.

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