miércoles, 11 de enero de 2017

Y yo querría un invierno

Buenas noches, renacidos. Creo que es el día más apropiado para traer esta entrada. Hoy, en mi tercer día de practicas; hoy, en el día en que mi coche ha detectado hielo en el asfalto; hoy, en que he recibido mi segunda y última postal de navidad; hoy, en que casi no sobreviven mis manos a la fría mañana; hoy, en que se cumple una semana alejada de la persona de la que estoy enamorada... 

Me gustaría aprovechar esta pequeña introducción para decir que adoro el invierno. Me quejo del frío, como hacemos todos; porque es molesto. Hay también personas que se quejan de la lluvia, porque les moja el pelo y el bajo de los pantalones; pero en cambio adoran esos sábados o domingos mirando por la cristalera como se deslizan las gotas u oyendo su sonido desde una cama. A mi con el frío me pasa algo parecido. Me resulta una sensación agradable y más todavía cuando me arropo por la noche después de todo el frío que siento. Es una sensación reconfortante... Por eso digo, que me gusta el frío y el invierno. El invierno es bonito. 

Después de esta explicación - que a muchos no les importará, como es lógico - sobre mi vida, os presento mi nueva entrada: y yo querría un invierno. Vaya, como vemos a esta chica le ha dado hoy por el invierno, sí señor. Pero lo cierto es que esta entrada la empecé hace mucho. Antes incluso de que llegara la navidad. Y fíjate tú que la publico justo cuando se acaba, qué pena. Bueno, en realidad lleva acabada un par de días, y lo sé, vivo en este mundo - aunque no mucho jaja -. En esta entrada, pues, hablo sobre el invierno y sobre el amor. Más sobre lo segundo, como siempre. Pero debéis entenderme, renacidos. ESTOY ENAMORADA. ¿Qué le voy a hacer? No puedo hacerle nada, es inevitable.

Igual que es inevitable que esta entrada se publicase, aunque dudase. Soy bastante perfeccionista y esta sigue pareciéndome quizás demasiado corta o demasiado débil. No sé, no quiero influenciar vuestra opinión al respecto. Simplemente, os pido que os dejéis llevar por el sonido de las palabras en vuestro paladar. De esa manera, esto nunca falla.

Y bueno, con esta entrada os adjunto una imagen de la preciosa película 3MSC (debéis verla) y presento una nueva canción, una canción que adoro y que para mí, representa un poco el amor que siento. Es de Melendi y se llama, un amor tan grande. Espero que os encante porque yo la adoro. Ah, y la entrada más todavía, eh. 

¡Feliz miércoles, renacidos!

PD: 4168 visitas!!! Déu ni do...!!!!



https://www.youtube.com/watch?v=A6jzdckzfkM

Y yo querría un invierno diferente. Correr hacia el patio llena de nieve y fundirme entre tus brazos. Explicarte que iba a pasear un rato y de golpe ha empezado a nevar, cubriéndome las dudas como si fuera un camarero en el bar. Y tú riéndote, diciendo que a quién se le ocurriría ir a caminar viendo el vendaval que se nos echa encima. Y yo me echaría sobre ti, haciéndote cosquillas, sacándote de quicio y perdiendo mis horquillas por el pasillo. Como en otoño.

Y yo querría pasar la noche fuera, abrazada a unos calcetines empapados en agua, llenos de barro, oliendo a tierra. Que me los quitarás, entre risas. Que me los pusieras, sin prisas. Llamándome cría, insensata, pero besándome el alma con tus manos frías. 

Y yo querría pasar de noviembre a enero, más poquito a poco, mirando de reojo la primavera que nos viene, dejando un rastro a sonrojo por la copa que he roto, por el vino rojo. Y juntos, ver caer el telón del invierno, ver crecer el cielo con la Luna sosteniendo cada pequeña célula, cada pequeño roto...
                                                                   ...que nos arregla. 

Y yo querría componer una canción con tus gritos cada vez que te acercó mis pies congeladitos. Cubrirte a besos más que con las mantas. Callarnos, cuando no hagan falta las palabras. Y no harán.

Y yo querría calentarme entre tus piernas, crear un nuevo teorema sobre los roces y cariños. Verter el tiempo justo para descansar sobre tu pecho, para meter mis manos en tus bolsillos. Que el silencio sea nuestro lecho, que los suspiros sean el proverbio que expliquen un nuevo idioma. 

Y yo querría vivir contigo a solas, a contracorriente, recortando los papeles de cada uno, cambiando de roles, yendo al mercadillo con dobladillos en los pantalones. 

Y yo querría tirarte bolas de nieve y sumergirme en la profundidad de una chimenea ardiente que no calienta si no estás delante, mirándome desafiante mientras te levantas la camiseta. A hurtadillas memorizaría tu silueta de espaldas, mirando el fuego, y recordaría para siempre este enero diferente. 

Y yo querría colarme en tus me gustaría..., saber qué piensas, qué quieres, qué necesitas. Saber si se solapan con mis decisiones, con mis peticiones de un nuevo invierno en vez de un nuevo año. Porque me interesa más pensar en el tiempo cercano agarrada a tu mano, que un año lleno de vacíos, de esperándonos... Porque eso es lo que nos espera, amor mío.

Sé que es de niña, pedir y querer tantas cosas, soñar con un jardín lleno de rosas que no marchitan. Pero yo querría un invierno a tu lado. Bueno, en realidad querría una vida, pero no sé si pido demasiado. Por eso, de momento me conformo con poder seguir contando inviernos y veranos a tu lado, y que estos sean siempre tan esperados. Porque por mucho tiempo que permanezcamos alejados, cuando nos unimos, todo lo demás se convierte en pasado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario