miércoles, 10 de enero de 2018

Después del amor IV

Buenas noches, renacidos! Sí, señor. Dos días consecutivos con entradas. Pensaréis: o nos da mucho o nos quita todo... Y tenéis razón. Soy demasiado de blancos o negros, no de matices. Qué se le va hacer... Sabéis, hoy un niño maravilloso con pintura entre las yemas me ha dicho que soy una chica con suerte. Y no porque sea feliz, esté viva o esté consiguiendo muchos de los sueños que me he planteado. No, sino por tener un flequillo que parece una cueva. Sí, es para flipar. Demasiado. Pero me ha hecho tanta gracia que he querido contarlo. Porque realmente para él, un niño que tiene flequillo a lo Justin Bieber, es increíble mi flequirojo. Tengo flequirollo al parecer. Es igual (me está quedando bastante cutre está introducción utilizando tanto la palabra flequillo, lo sé). El caso es que he pensado: jo, para lo que algunos es tan normal, para otros es magia. Y creo que justamente eso me pasa a mí con renacer, que me parece algo con muchísima magia. Ojalá fuese bruja...

En fin, os traigo la segunda entrada del año y con la que me propongo continuar publicando más y más escritos, volver a las buenas y viejas costumbres. 
Además, me alegra mucho ver que han subido las visitas de nuevo. 18 desde la última vez que publiqué, que fue ayer. Graaaaacias!

Y bueno, junto con esta entrada os traigo una canción preciosa de Beret titulada Vuelve. Imagino que ya la habré compartido alguna vez con vosotros renacidos, es muy posible. Pero bueno, por si todavía hay alguien que no la ha oído, os la recomiendo. Es preciosa y además se asemeja muchísimo a lo que narra esta entrada que, por si no os habíais dado cuenta es la cuarta parte de una misma historia. Espero que os guste y no me esté haciendo muy pesada con este tema. Si os cansa este escrito, dejadlo en los comentarios (a ver si os animo a escribir!!!!). 
La foto, por otro lado es de la maravillosa Sara Herranz, amadla si aún no lo hacéis!
¡Feliz miércoles, renacidos de mi alma!


https://www.youtube.com/watch?v=rRS6GQxFQ1U


Cuentan que contaste hasta diez muy rápido por miedo a descuidarlo o que saliera huyendo, y aún así ya estaba escondido. Que se fue muy rápido por dónde había venido, dejando sin embargo su esencia por cada rinconcito. Que se perdió por el camino [por el desierto] de vuelta a casa buscando migas en sus palmas, perdiendo la cordura antes que la calma, volviendo a comer solo. Sin perdices ni nada. Atiborrándose de promesas caducadas y martes que nunca fueron trece pero que dormían en la misma cama. 

Cuentan que ya no haces puentes por miedo a hundirte en ellos. Que le quitaste unos cuantos ladrillos a tu espalda y ahora se cae y cede por el peso. Que te has vuelto ligera como la lluvia y yo aligero mi paso cuando ella regresa. No vaya a ser que cruce la línea, rompa el paraguas o las dos cosas en el intento.

Cuentan que deshaces los pasos cuando llegas a la habitación. Que te da miedo pasar por la avenida o cruzar la esquina por si algún olor recuerda mi partida. Porque soy yo y siempre seré yo. Aquel que te dejó herida. El único que te descuido cuando tú cuidabas cada resquicio de mi vida, y la decorabas con poemas y poesía.
Que nunca han significado lo mismo desde que te conocí.

Cuentan que cuentas las veces que sonríes,y pones notas. Para  que no se te olvide que se puede ser feliz sin tenerme delante, sin recordarte que eres preciosa, que te queda bonito ese colgante que llevas, que tenemos mil cosas por delante y no importa lo que vino antes. Y eso ya quedó en lo que era.

Cuentan que ya no eres la que eras. Que te pesan las ganas y las penas. Que perdiste demasiados zapatos y ningún príncipe los recogía ni esperaba en tu puerta. Que tú sola aprendiste a sonreír al espejo, a decirte: bella puedes con ello

Cuentan que ya no cuentas lo nuestro cómo antes. Que te da miedo engancharte a un pasado que nunca será presente. Que si me ves por la calle cambias de dirección, de acento y de estatura. Que ya no te ves cómo antes y no esperas que cambie.

Cuentan que ya no te quiero, que te he olvidado, que se me ve feliz y renovado. Cuentan que me hacías daño, que era un amor de críos que se perdería con los años, que nos cansaríamos y nos habíamos cansado el uno del otro, que ningún para siempre teníamos escrito en la mano.

Y cuando cuentan esas mentiras, juro que a veces me las creo, me digo que he acertado, que todo lo que hice contigo fue castigarme, castigarte y castigarnos. Que perdimos demasiadas cosas, y que ahora empezaba a recuperarlas. Juro que a veces me las creo, y me ayuda a dormir tranquilo. Pero en mitad de la noche, cuando me despierto, me giro y no te veo, sé que me he equivocado, que te he perdido por estúpido y por andar con cuentos que ya se han contado tanto que al final acaban siendo
puro cuento.


Y este ha acabado...

2 comentarios:

  1. Flequillo magico, gisela magica!! Sigue consiguiendo tus sueños tan bonitos! 😘

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, preciosa renacida. Porque ya eres una de nosotros :) Te quiero muchísimo! Y que los sueños se nos vayan cumpliendo a todos, como tiene que ser! Guapa!

    ResponderEliminar