viernes, 15 de abril de 2016

Consejo I: para no tomar decisiones equivocadas.


Buenos días, renacidos. Me entristece tanto llevar tantísimo tiempo sin escribir nada en mi queridísimo blog. Pero cuando os explique el porqué me entenderéis. Esta vez no ha sido cuestión de amor, de trabajo o de estudios. No, ojalá por una parte, pero no. Desde finales de marzo estoy iniciando la corrección de uno de mis libros con la intención de poder dejar un granito de arena en la literatura e historia de este país. No es que esto sea un capricho de marzo, no. Llevo enamorada de la escritura toda mi vida y bueno, no hay más que verlo cuando escribo en el blog. Pero antes de iniciar este viaje hacia el público de renacer entre palabras, ya me dedicaba a escribir mis tonterías. Tonterías porque nunca pensaba progresar lo suficiente como para cumplir mi sueño. Pero, ¿sabéis qué? este blog me ha dado fuerzas para conseguirlo, para intentarlo. Una no puede tirar la toalla y rechazar su idea sin antes saber que piensa la gente de ello. No puedo dejar a Anna y Alberto muertos en un documento de Word desde donde nunca verán mundo, desde donde nunca encontrarán personas que le quieran más allá de mí. Tengo que intentarlo renacidos, quiero hacerlo. Por eso aparezco tan poco por aquí, porque me he metido de lleno en el mundo de estos dos personajes. Quiero que lo viváis, que sepáis que pasa en la cabeza de Anna y en el corazón de Alberto. Espero que algún día consiga mi propósito. Por el momento me conformo con la ilusión de mejorarlo, aunque esto implique hablar menos por mi blog...

Pero bueno, hoy os traigo una nueva. Este consistirá en un conjunto de consejos, pero por el momento va el primero. Os traigo junto a este la maravillosa canción de Elton John, "Sacrifice" y una imagen preciosa que tomé en la montaña de la Mola, Terrassa. Espero que os encante todo, todo. 

¡Feliz viernes!





"No me importa, no te necesito. Déjame en paz."

Y cuando dices estas palabras te das cuenta de que todo huele a sal. No hay mares cerca, ni lluvia en el patio de atrás, pero tus mejillas están empapadas y un charco las hace nadar. Las palabras ya no son palabras sino dagas que hacen sangrar. Ayer éramos solo uno, hoy dos que se intentan no amar. El dolor se hace ocre y empieza a recordar: ¿Qué pasaba cuando me decías que nada iba a cambiar? 
En nada se quedaron las promesas que muchas veces hicimos peligrar con falsas verdades que tapan a medias lunas las mentiras más reales que te pudieron contar. El amor se hace veneno y terminas por olvidar: ¿Qué fueron de las canciones que tantos sentimientos nos hicieron confesar? Eso es lo único que continúa. Las canciones, las mentiras, el mar.

 "No me importa, no te necesito. Déjame en paz."

No paras de recordar aquellas palabras que escogiste al azar. Tú no querías irte, ni él que te fueras; pero ni tú te quedaste, ni él hizo nada cuando te marchaste. Las maletas se hacen como anclas cuando empiezan a arrastrar aquellas lágrimas que recoges mientras comienzas a andar. De nada sirve aferrarte a algo que no puede mejorar, pero la nostalgia es un sentimiento que no se puede ignorar. 


 "No me importa, no te necesito. Déjame en paz."

Ahora copias las palabras en tu bolita de cristal para perpetuar tu pena una vez más. ¿Qué será de él? ¿En qué pensará? ¿Crees que me echará de menos ya? Pero ni una carta, ni mensaje, ni una llamada harán. Pues ni uno se atreve por orgullo, ni el otro por el que dirán. 

 "No me importa, no te necesito. Déjame en paz."

Y al final será verdad, que aquellas palabras que dijiste y de las que tanto te arrepentiste, cobraron su deuda con el despiste, con el beneficio de la duda. Pues ni el amor más verdadero, doloroso o amargo te deja pensando en tus palabras más de un verano. Y es que cuando dices algo que no piensas, terminas pensando algo que nunca dices.


"Me importas, te necesito. Quédate a mi lado"

Pero ni las oportunidades crecen en mayo, ni las palabras vuelan solas de tus labios. Si tienes la valentía de decir algo, que sea verdadero o sino te arrepentirás de ello durante un largo tiempo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario