martes, 12 de julio de 2016

Te quiero entero

Buenas tardes, renacidos. Hoy os hablo desde el otro charco, el que divide la vida del verano. Por aquí todo va estupendamente. Hay cigüeñas sonrientes, presas de agua y elefantes camuflados en radiantes personas. La vida no cambia mucho cuando sigue en pie. Una rotonda nueva, nuevas cicatrices y alguna que otra piedra diferente. Nada grave.

Se me hace muy raro escribir desde aquí, pero estoy feliz de poder hacerlo. Estoy consiguiendo progresos en mis sueños y poder juntar mi vida, mi verano; con el blog es un gran paso.

Bueno, renacidos morenos. Hoy os traigo una entrada de amor que espero que os guste y que lo digáis. Pocas veces decís lo que pensáis de todo. Soy toda oídos, ya sabéis.

En fin, renacidos. Espero que esteis pasando  la mejor versión de vuestro verano y si no es así que lo sea pronto. Porque es en verano cuando se conocen a las personas. Espero que tengáis tiempo de leerme y yo de leeros.
¡Feliz martes desde el otro lado del charco!



Te quiero de querer entero. No a medias, sin calcetines. Sin naranjas ni limones de por medio. Entero. No desnatado, ni semi nuevo. Te quiero en verano y en invierno. Entre estaciones, épocas y años. Te quiero en futuros, conociéndote en pasados y disfrutándote en presentes. Sin tiempos. Sin prisas. Sin tiempo aprisionados. Sin prisas en el tiempo. Corriendo descalza por tu espalda. Descalzándome la espalda corriendo detrás de ti. Escalándote hasta las ganas. Ganándote hasta en las cartas. Saltándote lunares, viéndote desde la Tierra hasta la Luna. Desvististiéndote entre astros. Vistiéndonos en cometas. El aire. La playa. El mar. Martilleándonos el alma con palabras sin cadenas. Encadenándonos en promesas que nos hacen libres. Liberando nuestras vidas. Te quiero en mí, en tu, y en nuestras vidas. Viviéndote en versos, en prosa y con matices. Raíces en nuestras manos. Otoños en nuestros dedos. Te quiero. Te quiero con muchas palabras, con más verdades, con o sin tempestades de por medio. Mediando en nuestros miedos, temiendo a medias, valientes enteros. Te quiero. Te quiero añorándote en tu partida y deseando tu llegada. Te quiero en cualquier país o en nuestra cama. Cortando hilos, hilando cortes. Te quiero en lunes y en miércoles. Cuando eres cortés y cuando se te olvida. Olvidándote pocas veces en mi vida, acordándome de tu última visita. Visitándote en sueños y soñándote en mi cuerpo. Te quiero y queriendo te quiero más todavía. Y si por querer se supera a este verbo, yo te superaré toda la vida. Porque te quiero de querer entero y no a medias cintas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario