viernes, 27 de mayo de 2016

Manuel de supervivencia

Buenos días, renacidos. Se acerca el verano, eh. Ya se va notando el calor en algunos puntos del país - como diría el del tiempo - y las playas cada vez más llenas. La verdad que ya apetece mojarse los pies y llenárselos de arena; poder tomarse un refresco o hablar con los colegas en un chiringuito. Apetece, vaya que si apetece... Pero todavía queda la recta más difícil: los exámenes finales. Me quedan 4 y bastantes trabajos y exposiciones por delante. Pero bueno, todo valdrá la pena cuando me tumbe en la arena y cierre los ojos. ¡Qué ganas!

Mi siguiente entrada se llama Manuel de supervivencia y habla sobre el pobre Manuel, un muchacho que no ha aprendido muy bien de que va la vida y no ha hecho más que tropezarse con las piedras - como la mayoría hacemos, pero bueno-. Espero que os guste y os saque alguna sonrisilla, renacidos. Porque ese es mi objetivo. Os adjunto con la entrada una composición de Yiruma titulada Dance (me mega encanta). 

¡Feliz viernes/juernes!

https://www.youtube.com/watch?v=a5eiF_ozVEU





Manuel era un soldado que se perdió en una guerra, donde las trincheras eran las casas y donde las palabras acunaban las banderas. Él salía cada día con su batalla perdida pues no encontraba su valía ni sabía para que servía. De pequeño le dijeron que fuese policía, pero los ladrones le daban lástima y en los controles preventivos siempre palidecía. Era un muchacho legal, solamente en tres ocasiones mentía: cuando soñaba, cuando amaba y cuando amanecía. Cuando soñaba porque al despertar todo desaparecía y entonces mentía tanto que se creía sus mentiras. Cuando amaba porque sabía que si decía cuanto amaba le dejarían. Él siempre fue un romántico y las mujeres le huían. Cuando amanecía por esto último, porque después de mentirlas temía sus respuestas. Él siempre fue un hombre cobarde y deshonesto allí donde caía. 

El problema de Manuel es que era tonto sin quererlo. No hacía caso a las advertencias que leía en cada aeropuerto. Cuando lo conocí entendí que necesitaba algo de tiempo, para leer entre líneas lo que todos aprendemos al momento. Pero el tiempo le pasaba factura y se fue perdiendo en aquella guerra que le mató por dentro. La realidad tenía otra cara, no tenía miramientos y golpeó al pobre Manuel de misería y sufrimiento.  

Desde entonces escribí en un texto todo lo que Manuel debería haber hecho: aprender a vivir, a querer, y a morir sin tanto tormento. Lo escribí con tinta azul recordando su cabello pues durante una guerra inesperada se lo tintó enseñando así como había vivido por dentro. 

Aquí os dejo los consejos, para el que quiera tenerlos. Estoy segura que vosotros tendréis más de cientos, pero quizás os ayude algo el leerlos. Nunca viene mal leer consejos:

Manuel de supervivencia

1. Escucha bien lo que cuento, si notas mariposas recorriendo tu cuerpo no las caces o las extingas, quiérelas sin pretenderlo. Ellas te enseñarán a volar o a coger las cosas al vuelo. 
2. Si un hilo cuelga de tu dedo no lo cortes o lo enredes, el amor está corriendo entre tus manos y tienes que mimarlo cuando viene. Acéptalo aunque no demasiado. Quiere para ser amado. 
3. Olvídate de las frases que lees en las revistas, porque a veces de listas, se pasan páginas y nos hacen caer en la cuenta de que ni la tapa era tan verdadera. 
4. No busques pareja en la sección de belleza, lee otros géneros que no sean fantasía o guerra. Disfruta de tus páginas, baña de tinta tus nostalgias. Busca a una princesa que no sea tan fantástica.
5. Visita la peluquería pero solo cuando creas que tus mentiras se enredan en tu coleta y necesitas resolverlas.  
6. Añade días a tu calendario. Que no te importe si es otoño o verano. Brinda con los segundos pasados. Que ni el presente es ahora ni el futuro mañana. Estamos en un continúo ahora que jamás se acaba.
7. No hagas zumo de ti mismo para encontrar el recipiente estereotipado. Quiere a tu media naranja siempre demasiado y no busques otra mitad para igualarla o cambiarla. Las naranjas son ácidas, busca mejor una media manzana. 
8. Sáltate las deudas con aquellos que no te aceptan o sino ellos terminarán pagándote con una mala moneda.
9. Utiliza el espacio como medio de transporte porque entre blanco y blanco no existe pasaporte que nos separe. Sepárate de lo que te ahogue, ahógate separado.  
10. Añade ceros a tus sueños. Que ni todo lo negro es negro, ni todo en verdad es blanco. 
11. No desesperes con preguntas sin respuestas. Hay quienes con una sonrisa encuentran las certezas.
12. No te ancles a la vida, acepta que puedes perderla. Por ello vive como si nunca terminases de pisar la tierra. 
13. Intenta olvidar las sumas y aprende mejor las restas. Porque casi todo lo que harás siempre será quitarte lo que esperas. Por eso no esperes nada de nadie y nadie esperara que vuelvas. Aunque quizás eso no ayude a veces, a volver a tropezar con la misma piedra.
14. Nunca cambies tu carácter, tus manías. 
15. Ama la vida.
16. Sueña vivirla.
17. Y vívela como si fuera tu último día.

Si sigues todo lo que digo no serás como Manuel que perdió sus pasos y vida cuando cruzó el anden. Pobre Manuel que no encontró su manual, quizás gracias a él hubiese aprendido a andar y no tropezar cada vez que la realidad tocaba su portal.

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