jueves, 15 de octubre de 2015

Siempre tan pendientes de todo hasta que...


Buenos días, hoy me he despertado con una energía tan intensa que creo que si no llego a escribir aquello que llevaba tiempo creando sin ser consciente de ello, alguien se hubiese vuelto loco escuchándome. Necesitaba disfrutar una vez más renaciendo entre palabras, dejando que las diferentes letras me hiciesen resurgir de nuevo. ¡Es tan maravilloso poder expresar aquello que sentimos y con lo que nos sentimos identificados! Se puede hacer de tantas formas... A partir de un dibujo, un escrito, una canción, un poema, una entrada. Yo opto por la entrada cubierta de canciones. Esta vez, lo hago con un tipo de música que sí lleva letra, pero que me hace sentir millones de emociones. La canción es de Birdy, una cantante que me recuerda muchas veces a mi forma de expresarme y de sentir. Bueno, entrando más en explicación, mi nueva entrada titulada "Siempre tan pendientes de todo hasta que..." es una forma de mostrarnos los condicionantes que manejan nuestra vida. A partir de esta entrada espero haceros sentir mis pensamientos más profundos acerca de algo que me mueve siempre con cada paso que tomo. La respuesta a este estímulo que me mueve es la respuesta final de esta entrada. Bueno, sin ir más lejos, os dejo la entrada esperando que os agrade. Feliz jueves.

https://www.youtube.com/watch?v=OmLNs6zQIHo


Siempre tan pendientes de como se mueven las agujas de reloj, de como van caminando por el tiempo arrollando el paso que recorren, de como se va recortando la vida entre esos días celebrados, entre los segundos monótonos, entre las decisiones sin consciencia. Siempre tan pendientes de las ingratas decepciones que nos hunden en el pozo más profundo de la aflicción y nos atrapa durante décadas de soledad. Sin pensar que de ahí pocas veces saldremos y que si lo hacemos nunca podremos decir que estuvimos en él. Siempre tan pendientes de los sueños incumplidos, de los que se quedaron abandonados en la esquina de los imposibles, de los que no hacen más que recordarnos en el pozo que seguimos metidos. Esos sueños que nos atrapan, nos liberan y nos asfixian dándonos aire para respirar. Esos sueños que son nuestros y de nadie más. Siempre tan pendientes del dinero que nos abandona, nos utiliza, nos vende, nos compra, nos duele, nos hiere, nos quema. Ese vil metal que parece ser el dueño de nuestras emociones, de nuestras experiencias, de nuestras posibilidades. Parece ser y lo es. Consigue lo que se propone, se propone lo que consigue y nunca deja de innovar, de desear cosas nuevas, de hacernos perder cosas conseguidas mientras nos hace creer que seguimos adquiriendo más y más. Nos dejamos comprar y después nos vendemos. Somos un ciclo que solamente el dinero maneja, corteja, despeja. Siempre tan pendientes de los excesos que nos  ahogan, que nos atan de pies a una roca, a un acantilado, y nos lanza desde el puente de la falta, del vacío. Siempre tan pendientes de que llueva para poder secarnos, de que haga sol para volver a mojarnos. Siempre tan pendientes de las finitas tormentas y las eternas calmas que nos persiguen tras cada pincelada. Esas que nos piden libertad atados a una cadena. Siempre tan pendientes de lo que nos quitan, de lo que se va, de lo que nos quieren, de lo que no vuelve. Siempre tan pendientes de dar para recibir, de recibir para dar, de no cesar en nuestro empeño de hacer aquello que queremos que nos hagan. Siempre tan pendientes de vivir con un borrador e ignorar el lápiz de vez en cuando, de no creer que somos nosotros quienes creamos nuestro rastro, nuestro retrato. Siempre tan pendientes de soñar una vida y de vivir un sueño. ¿Qué es realidad? ¿Qué es ficción? Siempre tan pendientes de oír lo que nos dicen, de decir lo que queremos que oigan, de callar lo que nadie soporta. Siempre tan pendientes de correr, de saltar, de reír, de llorar. Siempre tan pendientes de descansar mientras volamos, de crear lo que destrozamos. Siempre tan pendientes de limpiar lo que ensuciamos y ensuciar lo que limpiamos. Siempre tan pendientes de luchar por lo que deseamos y huir de lo que odiamos. Siempre tan pendientes de tantas cosas hasta que llega el amor y comprendemos que con él vivir en un pozo de decepciones, atados a una piedra en medio de un océano de faltas y excesos, con o sin dinero, con o sin lluvia, con el tiempo a favor o en contra, consiguiendo o perdiendo oportunidades, consiguiendo tanto perdiendo tan poco, oyendo o callando, sentado o volando, soñando o viviendo, riendo o llorando, luchando u odiando; no importa. Siempre tan pendientes de tantas cosas hasta que llega el amor y comprendemos que todo lo demás no importa, que todo lo demás nos sobra. No sé que tendrá el amor, pero nos hace no estar tan pendientes de la vida y vivir estando pendientes de él.




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