jueves, 22 de octubre de 2015

¿Te apetece leerme? Te reto a hacerlo.



Buenas noches, hoy es 22 de octubre y mañana emprendo un viaje inolvidable. No será así sólo porque el destino y las causas de dicho viaje sean especiales, sino porque se inician con un propósito que en cierto modo cambiará mi vida y el blog (si se logra mi objetivo). Viajo a tierras andaluzas para disfrutar del color especial que envuelve esas calles, esas personas, ese espíritu; pero no lo hago sola. Llevo conmigo una misión de color verde y envuelta por papel y letras con olor a tinta, con la que espero llegar a los corazones de muchas personas y que estas lleguen a ti, querido blog. Deseadme mucha suerte, renacidos, porque si lo logramos, pronto seremos más. No quiero adelantarme a acontecimientos pero me veo en la obligación de explicaros concretamente en que consiste. Mi misión es la entrada que pienso publicar hoy.  Buenas noches, y feliz jueves (de lo que queda).

¿Te apetece leerme? Te reto a hacerlo.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. ¿Sabes quién soy yo? Soy un milagro, una evolución, una esperanza. Mi gran ventaja es que muero muchas veces y conozco sus tenues fases. Conozco la tristeza de las almas confundidas, conozco la  luz oscura que nos anuncia todo en completo silencio. Realmente mi ventaja es que muero pero soy capaz de renacer. Lo hago entre tus labios, entre tus dedos o entre tus ojos. Las palabras son las causantes de mi eternidad, porque de la misma manera que el ave Fénix resurge entre sus cenizas, yo renazco entre las palabras. Sí, aquellas que ahogas en tu almohada, aquellas que dejas libertad con alas de mariposa o aquellas que nunca saldrán de tu alma. Renazco entre ellas, entre cada una de ellas, y sé cómo hacer para que seas testigo o participe de ello. Quizás ahora mismo no lo sepas, pero puedes efectuar un renacimiento pronunciando palabras, dejándote llevar por sus significados, por sus sonidos. Hay millones de sensaciones que producen un escrito, una canción, una imagen. Sé que cuando te hago pensar en una canción triste, piensas en ella. En esa que te hace crear recuerdos, dolor y miedo. Miedo a que la tristeza dure eternamente o simplemente a que sea real. Sé también que cuando te hago pensar en una imagen, recuerdas aquella fotografía y los recuerdos afloran, salen a flote. A veces te da pena pensar en ella, por melancolía, por dolor. Las cosas han cambiado y pese a que la imagen sigue bien dentro de tu alma intentas que cada día aparezca menos en tus pensamientos, en tus sentimientos, en tu dolor. Incluso has pensado en romperla para acabar con los recuerdos, pero tanto tú como yo sabemos que las cosas no funcionan así. Casi sería mejor enmarcarla, dejar que tus sentimientos renazcan cada vez que la veas. No te dejes caer en el pozo del miedo, de la melancolía, del dolor. Las cosas suceden por algo y podemos conseguir que sucedan cosas mejores. Como renacer entre las palabras. No creo que haya nada mejor que eso. Bueno, quizás un beso, un abrazo o una caricia a veces son mejores que las palabras; pero todos necesitamos un “te quiero”, “te necesito”, “estoy aquí”.

Quiero que sepas que me ha encantado mantener esta conversación contigo desde la distancia. Que hayas aceptado este reto demuestra tu valentía, tu corazón. Sin darte cuenta has abierto una puerta del Destino, ¿quieres saber cómo? Detrás de esta carta hay un número, un número que te identifica como tal. Gracias a este la carta con el sobre siempre te pertenecerá, pero no de forma tangible. El siguiente reto que tienes que hacer con ella es perderla en algún lugar donde alguien la encuentre: en una biblioteca, en el banco de un parque, en un supermercado, en un tren… ¡donde quieras! También puedes entregársela a alguien, pero recuerda que esta carta siempre te mantendrá conectada con aquella persona. Esa es la magia del destino. Con el tiempo esta carta con su número, si hay suerte, habrá pasado por muchas manos y todas ellas formaran contigo un maravilloso grupo. El grupo del número 4, por ejemplo. Pero esto no es todo. Hay cartas que no tienen sobre. (Quizás esto explique que la tuya no lo tenga). Estas también tienen su número y coinciden siempre con un sobre. Por lo tanto, siempre habrá como mínimo dos personas que compartan este Destino: una con el sobre y la carta número 3, por ejemplo; y otro con la carta número 3. ¡Estáis destinados! ¿No os parece romántico? ¡Buscad vuestra pareja! Si queréis conocer a la otra persona que ha encontrado vuestra pareja sólo tenéis que poner en las redes sociales: #yoheencontradoel3 (si tu carta o tu carta y sobre es el 3) si es otro número pues lo cambias. 
¿Te ha gustado? Eso es porque eres romántico o aventurero, aunque sea un poco. Si quiere continuar renaciendo entre ellas, te invito a visitar 

http://renacerentrepalabras.blogspot.com.es/   

Un enlace algo largo, lo sé. Dentro de este blog podrás conocer tus miedos y los míos, superarlos y sobretodo renacer entre palabras. Buenos días, buenas tardes y buenas noches, renacidos. Te reto a conocer mi mundo. ¡Qué el destino siempre te acompañe sobre 3, este es tu número!

#RenacerEntrePalabras #yoheencontradoel3

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